20/5/07

Barry M en España ya!!

Cuando en la intro al blog decía que iba a dar cuenta de todo lo que llegara a las uñas de mis pies, ni me refería a la roña acumulada ni se trataba de un mero recurso retórico (no era, en definitiva, baladí -que diría aquélla-). Y es que mi último viaje reinounidense dio para mucho... consumismo!!

Aprovechando las buenas temperaturas primaverales, he decidido vestir a mis uñas pinrelianas de un energético color amarillo ultra-poco-visto, como éste.

Foto: Sandro Hyams para Spirit

Todo comenzó cuando la revista Spirit, de la cadena inglesa de perfumerías Superdrug, se hacía eco de las últimas tendencias en moda y proclamaba por abril del año pasado el inicio del reinado de los tonos neón de la mano de la marca cosmética Barry M, que resultó ser un auténtico hallazgo por su capacidad para combinar precios más que accesibles con una asombrosa habilidad de síntesis de las corrientes urbanas más vanguardistas y altas dosis de diversión y experimentación.

Cuenta la historia que, a principios de los 80, un tal Barry Mero tenía varios puntos de venta al por menor repartidos por Londres. Se llevaban por entonces los looks exagerados, dramáticos, al estilo New Romantic o Punk, y el buen Barry se dio cuenta de que nadie fabricaba colores tan vivos y estimulantes como los que sus clientes requerían. Así, en junio de 1982, se puso manos a la obra para crear su propia gama cosmética, convirtiéndose muy pronto en un nombre de culto.

De entre sus productos, merecen mención especial las Duzzle Dust, tarritos de sombras de ojos en miles de colores inimaginables, sus Glitter Eye Crayon, de automático efecto ochentero para los ojos, y por supuesto la amplísima gama de colores de sus pintaúñas. ¡Y encima son animal friendly! Lily Allen, Christina Aguilera o Sophie Ellis Bextor ya son declaradas fans. Y yo, aunque no tenga tanta pasta (o precisamente por eso), me uno a la lista! ¿Y tú?

Implantación de Barry M en el mercado cosmético español, ya!!

Más en : www.barrym.co.uk

17/5/07

La Casita de Wendy se meten a papeleros

Diseño Rock & Roll de La Casita de Wendy

El otro día, merodeando distraídamente por la sección de libros y discos de determinado centro comercial (sí, uno de esos de los que practican la competencia desleal y apoyan financieramente el mercado armamentístico español...) encontré entre una pila de cuadernos algo que llamó mi atención de puro incongruente con tan castizo lugar. ¿Un diseño tan... tan como a mí me gusta? Imposible. Garabatos manuales de hamburguesas, briks de leche, rebanadas de pan (¡hasta un pescado!) con sus respectivos nombres en inglés silueteados en terciopelo rojo, y todo ello de colorines y flotando desordenadamente sobre un fondo negro... ¡¡Genial!! ¿Cómo es posible? ¿Quién lo hizo? Le doy la vuelta al cuaderno y lo veo: La Casita de Wendy. 8 eur.

¡¡8 euros!! La de pasta que debe de haber ganado Agatha Ruiz de la Prada para que los diseñadores recurran a este mercado. La Casita de Wendy lo han hecho muy bien. Pues no son listos ni nada, los zagales. Ya se les veía la astucia desde aquel regalo a Björk que les catapultó a la fama mediática (de la islandesa también hablaremos más adelante en un trágico post... snif, snif). Lo dicho, su buen gusto es incontestable, pero... ¡8 eurazos! Por supuesto, no me compré el cuaderno... por muchas aplicaciones de felpa que les coloquen. ¡Y la rabia que me dio!

Más en : www.lacasitadewendy.com

13/5/07

Compliments

Foto: Jorge Onecha "Cardiff, la nuit"

Es una pena que el último disco de Bloc Party haya sido considerado por público y crítica como una mediocridad. Me explicaré: no es el hecho de que haya recibido tan tacaña acogida lo que me entristece, sino que REALMENTE al grupo londinense le pueda haber salido un churro después del perturbador Silent Alarm (Wichita/V2, 2005) y de lo emocionada que me tiene tras mi reciente adquisición del mismo en un recóndito lugar de Gales (por el equivalente a algo así como cinco euros!).

Lo sé: el disco se editó hace ya tiempo y no estoy siendo nada molona ni transgresora al hablar de ello, pero tiene que ver enormemente con mi actual estado de ánimo... Escuchar a Bloc Party es sentir la urgencia de la vida en las islas, es recordar que las noches en sus ciudades son de color azul klein y que nada detiene el ritmo frenético ni el ansia de intensidad de los adolescentes, que allí ya no visten de lunares, como los de aquí, sino con estampados de rayos y mallas fosforitas. Algunas chicas parecen decir "I´m gonna make it happen" con sus monstruosos escotes. Ellos (y el alcohol) se encargan de que así sea.

Pero también hay tiempo en este disco para una introspección que tiene mucho de recuerdo, de ensoñación melancólica con campos amarillos, atardeceres frente al mar, con abrazos y besos perdidos o viajes por tierra y aire... Hasta que, al fin, el sonido de una sola guitarra consigue condensar y expandir toda la tristeza que guarda la aparente superficialidad de esta existencia, la confusión y el temor ante un futuro que no sabemos si queremos vivir.

No es sencillo sobreponerse... A pesar de ello y tras unos minutos de silencio, un tímido mensaje final: luminoso, atmosféricamente esperanzador. Y en ésas estamos, damas y caballeros; aunque la facilidad anestesiante de la vida en casa lo vaya borrando todo de nuevo lentamente...

Más en : www.blocparty.com